VACUNA, PALABRA DEL AÑO

Otros años no me he identificado con la palabra del año, pero la de 2021, VACUNA, debo de reconocer que no puede ser más acertada. Ni más merecida. Este año que se acaba y que despedimos con un empujón, animándole a que no vuelva nunca jamás. No queremos saber más de ti. Este año que inspirará el título de tantas y tantas novelas: El año que no fue; El año del confinamiento; El año sin año; Mascarillas y gel; Gel de mi vida; La mascarilla que me amó; Todos somos uno; El año que nos convirtió en invisibles. Son demasiadas las opciones como para seguir añadiendo posibilidades, en este girar la tuerca en la que se ha convertido nuestra vida. Queremos recuperar eso, precisamente, nuestra vida. Pero yo, al menos, quiero recuperar la que tuve, la que se fue, la que ahora es la gran prohibición. Y sueño con ver de nuevo repletas las pistas de los festivales, las calles en los días festivos y de rebajas y las barras de las bares. Y también necesito volver al cine como siempre, sin bandas blancas y rojas en los asientos, y abrazar a mis amigos en las presentaciones de libros, en las lecturas, en todo eso que hicimos durante toda nuestra vida con la más absoluta normalidad. Sin temor. Sí, quiero recuperar esa vida. En estos meses, larguísimos, hemos pasado por numerosas etapas, que los sociólogos, antropólogos e historiadores analizarán y calificarán con el paso del tiempo. La fase del pánico, de la ignorancia, de la imprudencia, de la excesiva prudencia, del pesimismo, del hartazgo, la fase de duelo, que ha sido la más dura, la fase paranoica, yo qué sé, la fase del aislamiento, de la soledad. O la fase del caos, del desconcierto, la del “y esto qué es ahora”, que es la actual. Menuda ola, menudo maremoto.

Por suerte, la vacuna funciona, los efectos secundarios son muy graves, serios o molestos y supone el principio del fin. A pesar de las teorías de algunos, que no entiendo y que no puedo calificar como respetables porque carecen de rigor científico, si en el Siglo XX se produjo tal incremento poblacional fue porque, paulatinamente, las vacunas han sido de acceso universal, para la mayoría de los habitantes de nuestro planeta. Algunas enfermedades prácticamente han desaparecido porque nos hemos vacunado y las hemos combatido de este modo. Son evidencias que se pueden contrastar muy fácilmente. Apenas tardará unos minutos. Cada cierto tiempo, cada siglo aproximadamente, una enfermedad se ha cruzado en nuestro camino, y en la mayoría de las ocasiones la hemos podido doblegar a pesar de su crueldad inicial. Y eso es lo que estamos haciendo, y esta sexta ola es la mejor demostración, viendo los datos de fallecimientos y de ingresos en UCI. Pues claro que vacuna es la palabra de 2021, y ojalá la de 2022 más que una palabra, sea una expresión: “SE ACABÓ”.